Conferencia I "La respiración"

3 de diciembre de 2008

BIOENERGÉTICA, Alexander Lowen

La importancia de una respiración apropiada para una salud emocional y física, ha escapado a la atención de la mayoría de los médicos y terapeutas. Sabemos que la respiración es necesaria para la vida, que el oxigeno provee la energía para mover el organismo. Las quejas comunes sobre el cansancio y agotamiento en general, no se atribuyen a una respiración pobre. Sin embargo, la depresión y la fatiga son el resultado
directo de una respiración deprimida. Los fuegos metabólicos arden muy lejos, en la ausencia de suficiente oxígeno, como un fuego con un tiro pobre. En vez de brillar con vida, la persona que respira pobremente es fría, apagada y sin vitalidad. La falta de calor y energía. Su circulación está directamente afectada por la falta de oxígeno. En casos crónicos de respiración pobre las arteriolas se constriñen y el número de glóbulos disminuye.
La mayoría de la gente respira pobremente, su respiración es superficial y tienen una tendencia fuerte a contenerla en cualquier situación de tensión. Aún en situaciones de tensión simple, como manejar un carro, escribir una carta o espera una entrevista, la gente tiende a limitar su respiración. El resultado es un aumento de su tensión. Cuando se concientiza a la gente de su respiración, se dan cuenta de cuán frecuentemente la contienen y cuanto inhiben su respiración. Los pacientes comúnmente observan: “me doy cuenta de lo poco que respiro”.
Una respiración inadecuada produce angustia, irritabilidad y tensión. Subyace a síntomas como la claustrofobia y la agorafobia. La persona claustrofóbica siente que no puede respirar suficiente aire en un espacio cerrado. La persona agorafóbica se espanta en espacios abiertos, porque esto estimula su respiración. Cada dificultad en la respiración crea angustia. Si la dificultad es severa, puede llevar al pánico o al terror.
¿Por qué tanta gente tiene dificultades para respirar plena y fácilmente? La respuesta es que la respiración genera sentimientos y la gente tiene miedo de sentir. Tiene miedo de sentir su tristeza, su rabia y su miedo; como cuando los niños contienen su respiración para dejar de llorar, ponen sus hombros hacia atrás y aprietan su pecho para contener su rabia y constriñen su garganta para no gritar. El efecto de cada una de estas maniobras, el reducir y limitar la respiración de modo inverso, la supresión de cualquier sentimiento, resulta en alguna inhibición de la respiración. Ahora, como adultos, inhiben su respiración para mantener estos sentimientos reprimidos. De este modo la incapacidad de respirar normalmente, se convierte en el mayor obstáculo para la recuperación de la salud emocional.